martes, 25 de noviembre de 2008

LA DÉCADA DE 1970

kiss

PINK FLOYD

Led Zeppelin


En la década de 1970, el rock ya era una industria y un negocio. Y los músicos querían ser lo que se denominó rock stars. Las estrellas del rock vivían en un mundo aparte, una especie de versión juvenil de Hollywood bajo la máxima ‘sexo, drogas y rock’n´roll’. El modelo era The Rolling Stones, que convirtieron en mito su azaroso y escandaloso estilo de vida. La heroína se convirtió en la droga del rock. Así, el rock ácido mutó en rock duro, gracias a Led Zeppelin, y a rock progresivo o sinfónico, con proyectos mastodónticos como Pink Floyd o Emerson Lake and Palmer. Pero el rock se separó de la juventud. Las canciones de tres minutos, sencillas y de mensajes directos, se fueron alargando gracias al virtuosismo de sus músicos que buscaban estructuras cada vez más complejas. El rock de estadio se convertía en una música para ‘mayores’ y los adolescentes buscaban sonidos más divertidos. Por ejemplo el glam rock, un movimiento en el que sus músicos buscaban una imagen ambigua y provocadora gracias a escandalosos vestidos de lentejuelas y maquillajes desmedidos y canciones de rock, convencional en ocasiones, Alice Cooper o Gary Glitter, o sonidos más arriesgados como los de T-Rex, Roxy Music y sobre todo David Bowie. La respuesta de la industria fue Kiss. Un cuarteto que fue definido como muñecas salidas del infierno que en 1977 eran la banda más popular del mundo. Kiss, que combinaban el rock duro con el glam, fueron los introductores en el rock del concepto mercadotecnia y se publicaron cómics con ellos como protagonistas, se rodaron películas, se vendieron pegatinas, chapas y muñecos.







En 1977 Malcom McLaren, había sido manager de New York Dolls, un grupo mítico del glam estadounidense, había visto el nacimiento del punk neoyorquino. Alrededor del club CBGB una serie de grupos, The Ramones, Televisión o Patti Smith, creaban un rock rápido y acelerado, con letras provocadoras, escasos conocimientos técnicos y la máxima do it yourself (“hazlo tu mismo”) como marca de fábrica. McLaren traslada esto a Gran Bretaña creando a The Sex Pistols. El éxito es inmediato y masivo. El punk se hizo popular entre los jóvenes gracias a sus ansias de destronar a lo que ellos llamaban ‘dinosaurios’, las viejas rock stars, las calles se llenaron de una estética agresiva, crestas mohicanas e imperdibles. Grupos como Dammed, Buzzcocks o The Clash abrieron una brecha generacional que rompió con el star system y que significó un revulsivo para una industria aburguesada y aburrida.

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