martes, 25 de noviembre de 2008

LA DÉCADA DE 1960

Creedence Clearwater Revival


Entre el 17 de agosto de 1960, día en que The Beatles actuaron por primera vez con ese nombre en el Indra Club de Hamburgo (Alemania), y el 15 de agosto de 1969, cuando se inició en Bethel, estado de Nueva York, el festival de Woodstock, median apenas nueve años. La gran diferencia es que en el Indra apenas había medio centenar de asistentes y a Woodstock acudieron 400.000 personas a ver a Jimi Hendrix, The Band, Creedence Clearwater Revival o Janis Joplin. El rock había empezado la década como una curiosidad y la terminó como el movimiento más importante del momento. Un aglutinante de la juventud, que lo mismo servía para hacer más llevadera la vida de los soldados en la guerra de Vietnam que para protestar contra esa guerra.





Es el momento de la apertura del rock a multitud de corrientes. El rock se vincula con ámbitos geográficos que imprimen un estilo a sus músicos. En Gran Bretaña era Londres el centro de creación y en él crecieron grupos como The Who, The Kinks o Small Faces, que pretendían cambiar el gris país que habían heredado de sus mayores. En Nueva York, alrededor de la Factory, el estudio del artista pop Andy Warhol, se formó The Velvet Underground, el grupo de Lou Reed y John Cale, que imprimió el término underground para referirse a un rock alejado de los circuitos comerciales. En Greenwich Village, también en la Gran Manzana, dieron Bob Dylan y Joan Baez sus primeros pasos como cantautores folk. En Detroit un avispado empresario, Berry Gordy hijo, creó la Motown Record Company, un sello de música negra para el que grabaron The Supremes, con Diana Ross, Stevie Wonder o Marvin Gaye.



Pero el movimiento más vinculado social y musicalmente a los sesenta fue la psicodelia, el rock ácido de California. Creado bajo el influjo del LSD, una droga sintética con propiedades alucinógenas, que dio lugar al movimiento hippie, heredero de los beatniks de la década de 1950 (véase Generación Beat). Los hippies, divididos en infinidad de grupúsculos, undergrounds o alternativos, les unía su desprecio a lo establecido y la búsqueda de un nuevo estilo de vida. Su meca era el área de Los Ángeles y la bahía de San Francisco. Jefferson Airplane, Grateful Dead, Frank Zappa o The Doors fueron algunos de sus máximos exponentes y su obra maestra es Pet Sounds un disco de 1966 firmado por The Beach Boys, un grupo que se había hecho famoso gracias a melodías que glosaban la vida de los surferos en las soleadas playas californianas. Pet Sounds es una mayúscula obra musical concebida por Brian Wilson, líder del grupo, un genio de conflictiva personalidad y tendencia al aislamiento, sin la que el desarrollo posterior del pop nunca hubiera sido el mismo.

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